A pesar de su juventud es una de las ‘veteranas’ de La Botica Indiana. Casi toda su trayectoria profesional está vinculada al Grupo Ramiro, la empresa que engloba a los veinte locales de hostelería que tiene repartidos por diferentes localidades de Asturias. Verónica Horrillo, natural de Pola de Siero, tiene 35 años y desde hace más de trece años forma parte del equipo. Recuerda que fue el 20 de diciembre de 2000 cuando se incorporó a la plantilla del Molly Malone, el local ubicado en la calle Ildefonso Sánchez del Río de Pola de Siero, frente a la Plaza de Abastos. “Conocía a un chico que trabajaba en La Cantina de El Berrón -también del Grupo Ramiro- y fue él quien me ayudó a entrar”, recuerda Verónica que guarda infinidad de anécdotas y recuerdos de todo este tiempo.
Ella es el mejor espejo de la filosofía que persigue la empresa: trabajadores comprometidos con un proyecto común. Durante más de una década trabajó en el Molly Malone compaginando su vida laboral con la familiar. “Cuando me quedé embarazada avisé a la empresa. Mi idea era aguantar trabajando todo lo posible pero un día llegó Ramiro y me dijo que no me complicara la vida”. Se quedó de baja, tuvo dos hijos y al reincorporarse al trabajo pidió una reducción de jornada. “La empresa siempre me ayudó en todo y me lo puso lo más fácil posible”, agradece Verónica a quien coincidiendo con el inicio del año 2012 le propusieron empezar a trabajar en Oviedo. “Acepté. Era un reto nuevo y quería aprovecharlo”. Primero estuvo tres semanas en La Botica Indiana de la calle Jovellanos, luego tres meses en la de la calle Campoamor y el 1 de junio de 2012 se incorporó como encargada a La Botica Indiana de la calle Guillermo Estrada, junto al centro comercial Modoo, también conocido como Calatrava.
Allí puso en marcha diferentes proyectos que poco a poco fueron cuajando logrando así dinamizar el local. Una de sus últimas iniciativas fue ofrecer menús a 4 euros de lunes a viernes, una apuesta que se sigue manteniendo y que cada vez atrae a más comensales. De Verónica, además de su incansable faceta trabajadora, también destaca su lado solidario. Cuando conoció el caso de Elena Barreiro, una niña de Valdesoto que padece el síndrome de Sanfilippo B, rápidamente contactó con la dirección del Grupo Ramiro y propuso que los locales aportaran su pequeño granito de arena para ayudar a la familia. Desde el pasado mes de abril todos los locales del Grupo Ramiro recogen tapones solidarios para apoyar la campaña ‘Todos con Elena’ y el Molly Malone organizó un vermouth solidario con el que se recaudaron 300 euros para la causa.
Hace menos de un mes Verónica Horrillo se reincorporó a su antigua casa. Volvió al Molly Malone pero esta vez como encargada. Reconoce que echa mucho de menos a sus compañeros y clientes de La Botica Indiana de ‘Calatrava’ pero por delante tiene ante sí un nuevo reto.
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