El 19 de septiembre se celebra el día mundial del aperitivo, un momento de consumo que cada vez encuentra más adeptos. En este post os recomendamos algunos de los mejores locales de Asturias para disfrutar de esta costumbre tan nuestra.
Hace ya varios años que el vermut dejó de ser una ‘cosa de viejos’ para convertirse en un ritual de lo más cool. Servido en vaso ancho y bien frío, este vino macerado con botánicos y otras hierbas que se ‘aliña’ con una aceituna o una piel de cítrico vuelve a ser la excusa perfecta para salir de casa y disfrutar de esa costumbre tan nuestra del aperitivo. Aquí te proponemos un recorrido con mucho sabor por los mejores locales donde tomar el aperitivo en Asturias.
El Molly Malone de Pola de Siero
En esta época del año sus mesas de madera acaban siendo ocupadas al mediodía por una fiel clientela que acostumbra a tomar el vermut en este local de La Pola que abrió hace ahora 24 años y que ya es un clásico de la hostelería local. No olvides acompañarlo de algunos de los innumerables pinchos que llenan parte de la barra o de las propuestas de picoteo que ofrece la carta, tostas incluidas.
La Botica Indiana de Colloto
Acaba de celebrar su veinte aniversario y a la hora del vermut es parada obligada para quienes pasan por Colloto. Es tradición del local ofrecer a la clientela un bollín preñao para acompañar los tragos entre tertulias distendidas y camaradería. Porque si algo distingue a La Botica Indiana de Colloto es su ambiente tranquilo y sosegado.
La Consejería, en Oviedo
En la calle Guillermo Estrada, entre el colegio Baudilio Arce y el ‘Calatrava’, este gastrobar amplio, moderno y luminoso es punto de encuentro de los fanáticos del vermut. Basta ir un día para comprobarlo y si es así, consulta su carta con sugerentes tapas, tostas y raciones. El sábado cierra por descanso.
La Botica Indiana de la Plaza Mayor, en Gijón
Enclavado en los soportales de la Plaza Mayor de Gijón, La Botica Indiana reúne a clientes locales y turistas durante todos los meses del año. Al mediodía siempre vive un ambiente especial, como si el reloj del Ayuntamiento sirviera de llamada colectiva para acercarse a tomar el vermut y acompañarlo, por ejemplo, con una ración de calamares.