El club de conversación se celebra los miércoles por la tarde en La Botica Indiana de la calle Roncal de Gijón. El objetivo es practicar un idioma diferente en un entorno distendido. La inmensa mayoría de los que asisten, repite. ¿La clave? Se han acabado convirtiendo en un grupo de amigos.
Comenzaron a reunirse en mayo de 2014 en La Botica Indiana de la Plaza Mayor de Gijón. Semanalmente -miércoles y viernes- un grupo de gente de lo más diversa se reunía para aprender o perfeccionar diferentes idiomas en una cita que bautizaron como el ‘club de conversación’. Meses más tarde la iniciativa ‘se mudó’ a La Botica Indiana de la calle Roncal por consenso de la mayoría de los asistentes. Allí se afianzó hasta el punto de que hoy, más de cien semanas después, todos los miércoles a partir de las 18.30 horas se siguen reuniendo para hablar en inglés.
En un ambiente distendido, una media de entre quince y veinte personas -cada mes son más- charlan amablemente en inglés o juegan una partida a uno de los juegos de mesa -también en inglés- que les ha facilitado La Botica Indiana. En whatsapp cuentan con un grupo donde únicamente chatean en inglés preguntándose las dudas que puedan surgir a lo largo de la semana.
En todo este tiempo más de medio centenar de personas ha asistido a algunas de las sesiones del club de conversación. “La mayoría de los que vienen repite y algunos se desplazan desde Oviedo o Avilés”, confirma Toni, encargado del local. Su impulsora fue Diana, una compañera de La Botica Indiana que hace unos meses decidió dar el salto y mudarse a vivir a París. También se dio el caso de Bea, una chica de Gijón que le sirvió para preparar la entrevista de trabajo que le hizo por skype una familia de Cornualles que buscaba una aupair. “La superó con éxito y lógicamente tuvo que dejar de venir”.
El club de conversación está abierto a personas de todas las edades independientemente del nivel que tengan de inglés. “Aquí viene gente de diferentes nacionalidades y todos vienen con ganas de aprender y pasarlo bien”, insiste el encargado de La Botica Indiana de la calle Roncal. “La idea es comunicarse y socializarse con confianza en un idioma diferente al tuyo”. Sólo hace falta pasar por allí cualquier miércoles por la tarde para dar rúbrica a sus palabras. Al fondo del local, en varias mesas juntas sólo se escuchará hablar en inglés y muchas risas. “Una prueba de que se han hecho amigos es que ni en verano han dejado de venir”, añade Toni.