Tragos que se mastican o bebidas para tomar en spray. Estas son dos de las novedosas fórmulas que poco a poco están entrando en el mercado de las bebidas. En La Botica Indiana ya sabéis que nos gusta estar a la última y jamás imaginábamos que algún día podríamos servir un café en aerosol. De momento no los tenemos pero… ¡todo se andará!
Para lograr esas bebidas que se mastican se está empleando una técnica llamada mixología molecular (o esferificación) que consiste en la solidificación y gelatinización de líquidos, algo que se consigue con una combinación de sales de calcio y sodio alginato que se transforma en una especie de membrana de gel que envuelve las sustancias líquidas y las hace comestibles. También permite crear increíbles espumas congeladas si se emplean sustancias como la lecitina.
Nitrógeno líquido, jeringuillas, termómetros, un destilador a baja temperatura… son los nuevos instrumentos de la coctelería del siglo XXI que junto a las técnicas antes descritas acabarán siendo el kit básico de los bartenders para crear cócteles moleculares. Uno de los pioneros de esta tendencia es el británico Tony Conigliaro, inventor de lo que bautizó como ‘Prairie Oyster’, un cóctel que combina tomate, vodka, rábano picante, jerez y hierbas, con aspecto de yema de huevo y salsa inglesa, y que se sirve en la concha de una ostra.
Bien diferentes aunque igual de sorprendentes son los últimos inventos de bebidas en aerosoles o spray. Por ejemplo, Primer, un spray con sabor a canela o menta que contiene partículas de cafeína. De momento sólo se comercializa en Estados Unidos. ¿Y te imaginas beber un chupito de vodka pero pulsando el botón de un spray? Ya se puede, el producto en cuestión se llama WAHH. Y para los más golosos también ha salido al mercado el chocolate en spray (Aero Shot Chocolate) que vende una empresa francesa.
Está claro que algo está cambiando en la hostelería.